(...)
continuación del día. Ya en Lucca me dispongo a ver la ciudad, "grande"
como puede ser Salamanca, toda amurallada y con encanto, una ciudad
excelente para ir de vacaciones. Después de picar algo, un plátano y
algo de pan decido que tengo que descansar bien, que eso de dormir en la
naturaleza no sienta bien para proseguir la marcha. Me quedo en el
albergue e intento conseguir una bici, me dice el recepcionista que por
15€ consiguió la suya, cuando pregunto en varios sitios, lo más barato
es 50€, así que desisto, aunque me ilusiona la idea de ir en una bici
old-fashion, modelo italiano del año de la segunda guerra mundial para
seguir el camino. Gracioso ¿No? pero no ha podido ser. Consigo ducharme y
afeitarme, la barba puede ser un aliciente del camino y un modelo o
cliché del peregrino, en mi caso, hay un momento en que es insoportable,
me pica y parezco un mendigo y me hace más viejo. Sobre la ropa,
imposible. Se ha pasado el día rápido y en el albergue (que no es de
peregrinos) conozco a un Australiano y a un Italiano que se quedan en mi
misma habitación, les cuento mi historia y se quedan maravillados. La
verdad, es que es bueno salirte del camino, creo que son los mejores
momentos, cuando la gente que no está habituada ya o quemada de los
peregrinos realmente ven como si fueran recién nacidos un acto nuevo,
una hazaña y te prestan tu ayuda y por otro lado para ver otro punto de
vista y me refiero a que cuando salí y tuve que coger los transportes
para descansar mis pies, vi otras ciudades por el camino, más decadentes
por decirlo de algún modo y es que la ruta te guía por ciudades bellas,
pero de esta manera puede dejar de ser un peregrino por unos momentos y
ser un mortal más entre la muchedumbre, maloliente y desaliñado con una
mochila a la espalda más bien de superviviente que de "mochilero
viajero". Experiencia de miradas y conciencias que se cruzan y que
ayudan a ver los hechos desde muchos ángulos. Por cierto, ya no tengo
más mapas de la Francigena, ahora toca esperar la suerte, las señales y
el mapa de carreteras de Italia. Como dije, los días se me hacen
semanas.
24/07/2012
Día 14. Me levanto a las 4:30 intentando hacer el mínimo ruido posible, me preparo fuera de la habitación en un pequeño salón y a las 5:15 estoy
en macha. Dirección Pietrasanta. La ciudad es grande y alargo más el
camino al decidir ir por el exterior, un jardín enorme que bordea la
ciudad, seguramente los antiguos fosos. Encuentro la ruta fácil que me
lleva por uno de los más bellos paisajes de los que he podido disfrutar,
el parque fluvial, un sendero lleno de naturaleza y la corriente del
río que me acompaña, pudiendo ver las trucha nadando contracorriente lo
que me recuerda un refrán: "solo los peces muertos siguen la corriente
del río", hay que seguir luchando aunque cueste. Es increíble el verdor
que hay, me recuerda al caribe, incluso hay bambú, aunque otras especies
difieren, se notan las plantas continentales de las tropicales, de
igual manera el paisaje a simple vista podría confundirse (ya subiré
fotos). En un tramo me pierdo y es que al seguir la ruta parece que
volvía s Lucca, menos mal que un señor me vio, me reconoció como
peregrino y se puso a hablar conmigo, llevaba 1/3 del camino recorrido y
1km como mucho de equivocación, que suerte, no entiendo como dejando la
ruta atrás podía equivocarme y es que hay más de una ruta y en este
caso se dividía en dos rodeando al pueblo, es decir o vuelves por donde
has venido o das vueltas... Finalmente sigo en marcha. Encuentro un
lugar acogedor para recuperar energías, la charcutería de Paulo, no
tiene baño ni café, pero tiene un barril y un par de mesas y la terraza.
Tranquilo y barato, 0,70€ la lata de Coca-Cola y unos 2,5€ el
bocadillo. No lo había comentado, pero en estas dos semanas no he comido
apenas carne, que yo recuerde, ninguna. Esta vez hice la excepción y le
añadí una loncha de mortadela al bocadillaco de queso, mmmmm ¡que rico!
Sigo por la senda de la naturaleza y más tarde tengo la ocasión de
comer de los árboles frutales que voy encontrando "aprovechando los
recursos que te da la naturaleza" como un buen amigo mil dice, así
encontré manzanos, ciruelos e higueras. Sin abusar que el estómago puede
reventar con tanta fruta. El camino se me hace eterno, tanto que me dan
las 5 de la tarde. Antes me eché una minisiesta de 15 min en una
parada-santuario que encontré por el camino. También paré en una tienda a
comprar un cepillo para lavar la ropa, la dependienta me lo regala al
contarle mi historia. Suelen preguntarme a donde voy o de donde vengo y
les digo salí de Roma a pie, la última ciudad que pisé es tal y ahora me
dirijo a esta otra ¿Voy bien por aquí?. Si no saben de la Francigena se
sorprenden y si saben algo también cuando les digo que voy rumbo a
Santiago. No sé si llegaré, si me dará el tiempo y el dinero, al menos
quiero llegar hasta Génova, pero la cosa se va complicando sin mapa y la
ruta marcada acaba antes y se divide. Hoy me quedo en un pequeño
habitáculo cerca de un convento. Pietrasanta es una ciudad bonita y casi
tranquila, con turistas también, pero da la casualidad que hay una
exposición de esculturas por todos lados. Como no tengo mucho tiempo me
dispongo a lavar la ropa y a hacer más pulseras con las caritas
sonrientes (Smiling) que voy repartiendo a la gente que me cae bien. Eso
mientras me tomo un té y tengo los pies dentro de un barreno con agua
con sal... Divino.
Buen camino!
25/07/2012
Día
15. Día de San Santiago. Dos semanas ya desde que partí de Roma, aunque
los día se me hacen largos parece que fue ayer y ya han pasado mil
aventuras. Estoy como maduro, hecho al camino, los primeros días fueron
de aventura total, la segunda semana una bendición justo cuando iba a
abandonar me fue todo de maravilla. Ahora no me quejo, voy sin mala
desde Lucca y voy encontrando el camino o al menos eso parece pues hubo
un memento en que daba al río y se acababan las señales. Por suerte
había una factoría de mármol cerca y un hombre me ayudó. Digo lo del
mármol ya que parece estoy en la ruta del arte, la ciudad de Pietrasanta
así lo era y lo que voy encontrando a continuación también. Además de
verdor mencionado que no para de recordarme a la selva tropical,
increíble. Luego tuve que subir una montaña donde disfruté de las vistas
y me colé en el castillo también desde la montaña y el castillo ¡Se
podía ver la playa! No sé porque me da tanto placer, cuando estoy en mi
tierra y la tengo cerca ni siquiera la piso y casi que ni me gusta,
mucho turista y mucha arena, sin embargo, el hecho de ver una superficie
tan "minimalista", sin edificios, ni apenas nada, quizá un barco pasar,
esa vista me trae calma y cuando hay buenos días de in invierno y se
puede pasar sin apenas gente la tarde leyendo es casi mágico. Vuelvo al
camino... dejando las vistas y la montaña, voy pisando la ciudad. Me
encanta las pequeñas tiendas que voy encontrando, me paro en cada
frutería o panadería, hoy conseguí una mini pizza y un pan por 2€ y un
plátano y una manzana por 0,50€. Todavía me quedan unos 8km para llegar a
Massa y en un cruce una señora me guía al ver que estoy tirando por
otro lugar, sin ver señales sigo mi intuición o los carteles de la
carretera pero es que la Vía Francigena, a veces, toma unos senderos y
da unas vueltas absurdas para evitar la carretera, aún así, le hice caso
y retomé el camino con fortuna de llegar a la ciudad donde la ruta
volvía a perderse. De cualquier manera debía preguntar por el hospedaje.
El primero que tenía en la lista es Caritas y la primera persona que le
pregunté pensó que era un mendigo y si quería comer, le expliqué toda
la historia, por suerte hablaba un poco de español. Buscando el sitio,
¡resulta que estaba 2km atrás! y cuando lo encuentro está cerrado del 2 de Julio al 30 de Agosto,
puffff. Más suerte... Al lado hay una casa con la puerta abierta y una
familia joven (unos 30) terminando de comer. Les pregunto, y me cuentan
que sí que eso está cerrado, que no viene nadie por allí, que suele ser
para sintecho y que si me espero 5min me lleva al otro hospedaje, un
convento de monjes capuchinos. Me ofrecen un café y nos ponemos en
marcha, también habla algo de español. Ya en el convento, 3km después y
parte del camino que ya había recorrido, me habré el típico monje con
túnica marrón y me enseña el habitáculo, un pequeño estudio que a mi me
parece encantador (el de ayer era parecido) y ¿A que no sabéis qué? más
casualidades, o más destino, cuando pienso que no hay ruta, ni mapa por
el camino del sur, llamado Vía Linguria y allí en la estantería una
pequeña guía-mapa que me permitirá proseguir hasta Génova justo cuando
me llega la división del camino. ¡Bravo!. Por otro lado, fui al
supermercado e hice una compra importante, dos barras de pan, embutido,
fruta, galletas y leche. Me he comido casi las dos barras y mañana de
desayuno leche con galletas. Estoy lleno y tengo mucho sueño, pero no me
podía ir a la cama sin escribir. ¡Abrazos!
26/07/2012
Día
16. Día apasionante de aventuras. Ayer me acosté temprano y comí bien.
Cometí el error de comprar demasiado. Ahora voy con un bocata de más,
tres plátanos y unas galletas, peso que tengo que cargar, en cualquier
otro caso lo compras en la tienda, te alimentas y sigues, pero no ha
estado mal. Los paisajes por los que he tenido que andar son fabulosos,
me encantan, es más, hoy he decidido no enfadarme si me equivoco y para
variar creo que me he equivocado. Seguía una ruta que me llevaba por la
montaña una señalización blanca y roja como la Feancígena pero que en
algún momento dejó de serlo. Estaba tan bien señalizada que no me
preocupé de mirar el mapa hasta que me encontré unas ramas en mitad del
camino, mala señal, tras apartarlas me encontré otras, lo que significa
que no ha pasado nadie en días o semanas... Cojo el mapa, el último
pueblo que pasé me indica que estoy muuuuy lejos. Al menos 20km, creo.
Además voy a Sarzana y es posible que la Francigena o la ruta me lleve a
Aulla en el Norte, pero yo ya dejo ese camino para dirigirme por la
Linguria hacia Genova. Perdido, decido preguntar en una casa, no hay
nadie y no tengo agua, justo cuando voy a abandonar la casa y el camino
aparece un coche y le hago señas, efectivamente, estoy... a tomar...
ejem, lejos. Una ves situado consigo agua, pero me ofrecen café, fruta y
zumo para el momento y para el camino. Me aconsejan que vuelva por
donde vine que el pueblo más cerca está por ahí y así podría coger un
bus hacia mi destino, Sarzana. Yo no recuerdo ningún pueblo pero vuelvo,
es molesto andar lo andado, la vuelta se hace larga, hasta que pasa una
camioneta y le pregunto si queda mucho y sí. Finalmente, me llevan,
hablando en inglés con un muchacho muy simpático de Rumanía que ofrece
llevarme luego en su coche pues la camioneta es del trabajo y me deja a
1km de Sarzana, eso a pie para mi ya no es nada. Muy agradecido del
encuentro, espero que lo lea. Llego al hospedaje sin problemas tras
preguntar. Me dicen que son 5€ nada más entrar, eso me molestó un poco y
pensé en irme, teniendo en cuenta que se trata de un colchón en el
suelo en medio de una sala. No tenía dinero (problema que no sé como lo
hubiera resuelto si hubiera cogido el bus), le explico que necesito un
Banco. Una razón por la que me quedo es que vi una bicicleta y llevo
días dándole vueltas al asunto, quería preguntar si podía usarla y lo
hice: "si podía para ver la ciudad" a lo que me responde "... Si
funciona, úsala" y continúo "...y para proseguir mi camino" y me suelta
un rollo que la bici no es suya y no sé qué, a los 5min me llega y me
contesta "he llamado al dueño y dice que te la puedes quedar", doy
saltos de alegría diciendo "Dios me escucha!" (aunque sea el Universo,
La ley de la atracción, la Suerte o como quieran llamarlo). Ya tengo
bici, mapa y comida de sobra. Voy al banco y saco algo de dinero, compro
un candado y guardo los 5€ para el hospedaje. Cuando me sellan y voy a
pagar ¡me dice que no es necesario! ¡Bravo de nuevo! Un día apasionante,
lo único que me preocupa ahora es mi nuevo medio de transporte, toca
carretera y no tengo fardos por lo que toca llevar mochila aún. Veremos
mañana pero en cualquier caso muy contento, tanto que me he dado unas
locas vueltas por la ciudad. Por otro lado, llegaron dos peregrinos, un
tanto extraño por que eran como las 20:30 y venían
en coche, cuando vieron el lugar decidieron marcharse, con eso lo digo
todo, creo que es el peor sitio donde me he quedado, pero miento, dormir
en la naturaleza es a veces peor, experiencia que me sirve para
apreciar la más mínima comodidad, agua corriente (y caliente) y un
colchón, aunque sea en el suelo. Me voy a la cama con más aventuras a
mis espaldas y muy feliz.
27/07/2012
Día 17. Me levanto un poco más tarde de lo normal, a las 5:00.
No quiero salir de noche y quería descansar al menos 30min más. Como
aliciente tengo medio de transporte, a ver como se da, ya que tenía los
pies endurecidos y hechos al camino. La bici va genial pero me duele la
espalda de llevar la mochila. Se Sarzana a la Spezia son unos 25km, allí
consigo que me pongan un fardo para quitar un poco de peso tras visitar
tres tiendas ya que la bici es antigua y no tenía los enganches. Un
poco más cómodo pero los kilómetros hacen mella y me sigue doliendo aún
así. Me quedan al menos 130km hasta llegar a Génova. De cualquier modo,
la ruta que elijo es bellísima, voy entre las montañas y hay un momento
en que veo el mar. Lo malo es que es durísimo, subidas y bajadas que
parecen que nunca termina, lo bueno de tanto sufrimiento es los paisajes
y mejor aún cuando desciendo y llego a la playa. Zona costera, ya solo
me quedan 60km pero se me está haciendo tarde y no puedo más. Mi cuerpo y
mis músculos no están acostumbrados y se me presenta un nuevo problema,
donde dormir, la Toscana ya la dejé atrás y el verdor parece que
también, la costa tiene el problema de estar masificada por el ladrillo y
el precio de los hostales es carísimo y tengo el inconveniente de dejar
la bici. Bueno, al menos he cumplido uno de mis sueños, tener una
bicicleta de carreras, con fardos donde meter las cosas, me siento
genial subido ahí como si fuera de paseo, pero la imagen real es otra,
un hippi que empieza a oler mal por los kilómetros, nada preparado para
ir en ruta, quizá si de paseo y es que parezco todo un personaje. No
tengo casco, tengo un sombrero ibicenco. No tengo gafas aerodinámicas de
ciclista, tengo una imitación a las Ray-Ban de Aviador. No tengo un
Culot acolchado, tengo un bañador estampado de flores. Al menos una
camisa del Decathlon de correr que ya es algo. Tampoco zapatillas de
ciclista, sino las de andar por montaña. En una bici de carrera antigua
con fardos acoplados. ¡Imaginense! La idea de me hace graciosa e incluso
me saca una sonrisa. Volviendo al problema de los hospedajes y el
alojamiento, me plantea seguir la ruta, el paisaje es bello pero veré
que hago al respecto. Quizá me convendría dar el salto a España. ¿O
seguir en la incertidumbre de la aventura?
(...)
la aventura sigue, no hay suerte con el alojamiento y para pagar un
camping me busco la naturaleza. Por suerte y después de haber perdido un
tiempo valioso en buscar hostal o hospedaje de iglesia (muy
desagradables los "Padres" por cierto) sigo mi camino hacia Genova y
encuentro un Santuario (dejo la bici ahí mientras exploro), pero hay una
calle vecinal que sigue, no me vale. También hay un camino que sube,
quizá a una ermita, difícil para la bici. Encuentro otro camino que
baja, elijo ese, hay un fortín o "nido" de ametralladoras, seguramente
de la segunda guerra mundial. Parece un lugar seguro, tras volver con la
bici y meterla decido que no es lugar para mi, me da mala sensación,
está lleno de mugre y cristales y lo que menos me convence, caquitas de
roedores. Sigo el camino hacia abajo donde hay un mirador a las afueras
del "nido", prefiero ese lugar, aunque lleno de insectos estoy rodeado
de naturaleza. A lo lejos, escucho la gente en la playa, por una vez
echo realmente de menos mi cama y mi casa, estar con los míos, duchado,
limpio, sentado a la mesa con la comida puesta. Estar con la seguridad
de tener tu espacio y es que olvidamos lo afortunados que somos. No
pensamos la seguridad que tenemos, mientras estamos en casa
plácidamente, con nuestras barrigitas llenas y descansando
tranquilamente al calor de las paredes y de la familia que te apoya y
son los que de verdad tienen la "caridad" de ofrecerte un techo y un
plato de comer cuando lo necesitas, al menos, en algunos casos. (están
repiqueteando las campanas mil veces, alterando los ruidos de la
naturaleza, es más, cuando termina reina el silencio). Buenas noches, o
eso espero.