jueves, 28 de junio de 2012

MOMENTOS MÁGICOS


Momentos mágicos,

En una ciudad con encanto “que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”, se desenlazan momentos inolvidables que dejan su impronta en esas neuronas que fueron inundadas de conocimiento y activadas por al interacción de aquellos a los que conocí en esta etapa de la vida. Pasos que dejaron su marca en la tierra y que continúan hacia nuevos rumbos. Fue ayer cuando pisé esa tierra de nuevo, en un año de incertidumbre ante los tiempos que nos esperan, al menos para algunos, pero que ya hoy se materializa en realidad. Hoy las decisiones y nuevos retos construirán el futuro desde los pasos presentes.
En un conjunto de posibilidades, entre gentes con distintas motivaciones y ante un tiempo limitado, guardo el recuerdo de grandes personas y no digo adiós porque dejo la puerta entre-abierta para aquellos que deseen tocarla como si fuera ayer. En más de un cuarto de siglo de vida que he tratado de exprimir, lleno de gentes y lugares, la experiencia me dice que las órbitas se separarán inevitablemente siguiendo senderos paralelos, pero también sé, que un día la casualidad hace cruzarte y compartir un momento de alegría, en un encuentro fortuito ante una taza de café, que condensa la historia desde el momento en que esos “átomos” se separaron en aquella fecha determinada.
Vine a la ciudad con una idea: adquirir conocimiento y pasar un buen momento. Tenía pensado cerrar la etapa con una celebración, unas actividades y unos trámites. Todo procedió tal cuál, tras varios días de fiesta y, quedar con todas las personas en esos días, no encontré motivos para salir una vez más. Tras solucionar todos los trámites, no encontré más que hacer. Tras bailar una última noche y realizar actividades culturales: desde ver la ciudad hasta navegar en el Tormes, me vi satisfecho. Una vez con todo empacado en el coche, contemplé la casa limpia y vacía y comprendí que el momento de marchar había llegado. Me iba con una sonrisa y un buen sabor de boca y no quería estropearlo con una despedida, tan sólo quería que fuera un “momento mágico”, un sueño, una bomba de humo que se evapora con el tiempo pero que mantiene una ligera la llama gracias a las redes de comunicación. No hace falta decir “hasta luego” porque espero que cuando salgáis en el “Nature” pueda escribiros “enhorabuena” en vuestro muro, o cuando pase por esa ciudad, donde te llevaron los pies, pueda tomarme ese café de “historia de una vida concentrada” (...desde que se terminó el Master). Así, para aquellos que echaron de menos una despedida, deciros GRACIAS y formalmente despedirme diciendo:

Nos vemos en el camino.

Un abrazo a todos y todas.

Alejandro

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