Dejar la vida escapar

Dejar la vida escapar, de un esquema que no se traza ni se rompe,

porque simple no está, de planes que se dibujan en el mismo instante,

de sueños que no se cumplen, porque dejan de proyectarse a cada día que pasa.

La organización en ciertos espacios temporales y contextos, simplemente no existe.

Son sueños, meras ilusiones que se hacen espejismos,

una mentalidad sin mente que se convierte en aire,

los días son un pasar que se convierten en pesar,

y sin embargo no pesan pues ni siquiera hay conciencia.

Un movimiento lento, virtud y vicio, entre calma y estancamiento,

una sangre que no circula, que se envenena y a la vez no envejece.

Respiro, el aire corre suave y las lágrimas no circulan.

Más vida, menos ilusiones, más improvisación, menos planes,

en un precipicio de mares, no vale la pena organizar,

me falta papel para escribir todo aquello que no se hace.

Un 95% de ideas que acaban en ninguna parte,

una realidad de sueños efímeros que firmemente creemos que existe.

Me evado, disperso, aguanto, a machete parto el corazón, roto, herido, cosido,

helado, estático, mastico, trago, repongo, regenero, vuelta al machete,

está frio, presente es olvido, mientras no pienso, no siento, feliz,

5% de acción que está en otro lado, hiperconciencia que hace daño.

Cuanto más lucha, menos esperanza, el humano merece ser derrocado,

de nuevo aliento, hierve la sangre, el corazón palpita, sobrevivo,

otro estado, otro futuro de abandono del pasado, otra huida, otro pesar.

Llorar…

Fluir en un mar cuando las señales te indican el camino,

dolorido por no soltar las riendas, quemado del rozamiento,

la voluntad cayó y, ya no lucha, simplemente avanza a la par del momento,

aúna energías en la corriente siendo una misma fuerza,

llora y ríe cuando acontece, sin arrepentimiento,

si quita el peso y pesa soltarlo, pero avanza y sigue.

El sentido de la vida: seguir tú Leyenda Personal.

Deja la vida escapar para ir con ella, no contra ella...